• ETIOLOGÍA
Sensible a todos los desinfectantes, con rápida inactivación fuera de su hospedador lo que en cierto modo, dificulta el contagio y facilita su control.
• TRANSMISIÓN
Existe la posibilidad de transmisión vertical de una madre positiva a leucemia durante el embarazo y la lactancia.
Sin embargo, el virus de la leucemia felina es muy frágil y se inactiva con gran rapidez al salir del gato positivo, por lo que se requiere un contacto muy continuado y muy cercano para que un gato positivo contagie a un gato negativo.
– Resistencia a la infección: aproximadamente un tercio desarrollarán inmunidad (la posibilidad de que esto ocurra aumenta si son gatos adultos sanos). Pueden tener algún tipo de sintomatología como procesos febriles, inactividad, sueño excesivo… hasta que desarrollen esa inmunidad contra el virus de la leucemia felina. Durante este periodo de expulsión del virus, pueden darse falsos positivos en las analíticas, por lo que deben repetirse entre 2/3 meses después de la primera prueba, para descartar la presencia del virus y verificar la inmunidad y expulsión del mismo de nuestro gato.
– Infección regresiva: otro tercio de los gatos que estuvieran en contacto con el virus de la leucemia la eliminarán de su sangre y saliva, pero el virus quedará latente en su médula ósea u otros órganos. Este estado de latencia del virus no se detecta con los test habituales pero existen pruebas veterinarias específicas que lo comprueban. Si el virus se queda latente, puede reactivarse aprovechando un momento de enfermedad y debilidad de nuestro gato. Pero lo más habitual es que jamás dé ningún síntoma durante la vida de nuestro gato o incluso, lo elimine al paso de unos años.
– Infección progresiva: otro tercio de los gatos expuestos al virus de la leucemia felina quedarán infectados de por vida. La sintomatología es similar a la sufrida durante la resistencia a la infección pero, en este caso, la repetición de las pruebas analíticas confirmará que el virus ha quedado instalado en nuestro gato (procesos febriles, inactividad, sueño excesivo…). Según estudios, los gatos estarán asintomáticos de entre 2 a 4 años, siendo susceptibles de contagio de otras enfermedades relacionadas con la leucemia felina tras ese tiempo. Sin embargo, la experiencia de particulares con gatos positivos hace que muchos de ellos, viviendo felices en un hogar, sean las “excepciones” a esta norma estadística.
Existe una vacuna contra el virus de la leucemia felina para proteger aún más a nuestros gatos negativos, sobre todo si van a tener contacto con el exterior o con otros gatos que así lo tengan, pero la vacuna no es efectiva al 100% por lo que no es recomendable juntar gatos positivos y negativos.
• CLÍNICA
– Al inicio, generalmente cursa con linfadenopatía generalizada, fiebre ligera, anemia, leucopenia y trombocitopenia e infecciones secundarias frecuentes.
– Posteriormente, hay un desarrollo de diferentes cuadros sintomatológicos según los órganos que se vean afectados.
– En la etapa final de la enfermedad, cursará con enfermedades asociadas a la inmunosupresión y a procesos inmunomediados (anemia, poliartritis, oculopatías, neuropatías…)
El lapso de tiempo entre la activación de la primera fase y la terminal, tras un periodo variable de inactivación, puede variar desde meses hasta 5 años o más. Tanto el curso de la etapa de latencia como de la de la activación, depende de varios factores: edad y salud del gato en el momento de la infección, salud actual del gato, posibilidad de exposición a infecciones, etc.
• ENFERMEDADES FRECUENTEMENTE ASOCIADAS A LA LEUCEMIA FELINA
Una vez en este punto de la enfermedad, algunos de los síntomas más frecuentes son fiebre, anemia, inmunodepresión, letargo, inapetencia o pérdida de peso. Los trastornos más comunes son:
– Neoplasias: linfosarcomas, leucemia linfocítica, enfermedades mieloproriferativas
La esperanza de vida va desde meses hasta años tras el contagio y no inmunización contra la enfermedad. Depende de la edad en el momento del contagio (cuanto más pequeños o más ancianos sean los gatos, peor pronóstico) y de los cuidados, prevención y tratamiento que desde el hogar, reciba el gato. en general, podríamos decir que iría desde el extremo peor de unos meses (por ejemplo un gatito contagiado de pocos meses) a la experiencia real de muchas personas que tienen uno o varios gatos positivos adoptados que viven tanto y tan bien como un gato negativo, pasando por la estadística teórica de unos 5 años de vida tras la activación de la enfermedad (cuyo periodo asintomático depende de todo lo comentado antes: edad y hogar).
• DIAGNÓSTICO
Existen otras pruebas veterinarias aún más seguras y fiables para confirmar la presencia o no del virus de la leucemia felina como la IFA o la PCR . Ambas sirven para confirmar tanto los resultados positivos como para detectar falsos negativos.
• TRATAMIENTO
No existe un tratamiento con medicamentos específico para la leucemia felina. Existen distintas posibilidades: antibióticos de amplio espectro contra infecciones secundarias, análogos de los nucleótidos para interferir en la replicación del virus, quimioterapia contra los linfomas (interferón, ciclofosfamida, vincristina, prednisolona), irradiaciones, transfusiones y transplante de médula ósea… siendo siempre nuestro veterinario el que, conociendo la historia y a nuestro gato, indicará las pautas a seguir con él.
• PROFILAXIS
Debemos acudir a nuestro veterinario en la habitual revisión anual y siempre que veamos algún tipo de cambio o desmejoría en nuestro gato.
Hace años incluso una minoría de personas a día de hoy, creen en la eutanasia como única posibilidad de estos gatos positivos. Sin embargo, gracias a los avances veterinarios y a la experiencia de muchas personas, podemos decir que estos gatos quieren y pueden tener, una vida tan feliz como la de cualquier otro gato. Si nos preocupa la esperanza de vida, ni positivos ni negativos tienen un “papel” bajo la patita que certifique “cuánto” va a vivir. Sólo debería preocuparnos el “cómo” y estos gatos, en los refugios de animales abandonados, son los grandes olvidados, son aquellos que sufren aislados normalmente de sus compañeros, mientras ven cómo nadie pregunta por ellos.
Ser positivo no significa ser transparente o invisible. No significa haber perdido el derecho a encontrar un hogar, a ser feliz. De nosotros, los humanos, depende informarnos bien y mirar a través de esos ojos que piden que les llevemos con nosotros a casa, de esos gatos que necesitan ser adoptados tanto o más que los negativos, de esos gatos a los que muy poca gente quiere mirar.
Texto obtenido de http://adapv.foroweb.org/t63-leucemia-felina-todo-lo-que-debes-saber